No se contenta con recomendar el amor de la nación
“A causa de esta fragilidad esencial, de esta “crisis” del Estado-Nación, el nacionalismo es una crispación reactiva y, bajo su exterioridad agresiva, atemorizada. No se contenta con recomendar el amor de la nación (cosa normal, legítima y en todo caso irreprimible), inspira una meta hegemónica y querría someterlo todo al imperativo nacional o como se dice, y dado que el nacionalismo se vincula siempre con el Estado-nación, soberanista.”
Jacques Derrida
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